viernes, febrero 24, 2006

MIL PALABRAS Y UNA IMAGEN.



Hará ahora como dos semanas que en una de esos pocos momentos en que conecto el televisor, me encontré con la imagen de una señora, ( luego me enteré que esta señora era Raquel Mosquera) que ofrecía la cara desencajada y lo que en lenguaje coloquial se entiende como “ida”, a la imagen le acompañaba una voz en off que situaba la imagen dentro de la noticia incidiendo en el aspecto deplorable de la persona en cuestión, la cual se encontraba ingresada en un clínica en el momento mismo de estar sufriendo un brote psicótico.

Tardé exactamente 0’2 segundos en apagar el televisor, mis hermanos pequeños estaban delante y no quería que se contaminaran con este tipo de noticias.

La verdad es que no me llamó mucho la atención el tratamiento que se hizo de la noticia, estoy harto en ese sentido de noticias que emparentan los problemas mentales con el lado más oscuro de la existencia.

No culpo a nadie, supongo que es un camino a recorrer, yo he tardado lo mío, pero es desde la garantía que me ofrece ese recorrido desde donde me atrevo a arrojar estas mil palabras que están destinadas a paliar el daño que pudo producirme ver aquella imagen que se coló directamente en la retina.

Me imagine más tarde que en el momento en que el cámara recogía aquella imagen que se supone estaba destinada a informar, había otra cámara detrás que se dedicaba a grabar al profesional que enfocaba a la persona en cuestión. ¿Qué comportamiento, qué estado, qué situación de entre las dos podía ser más deplorable?, sinceramente si se entiende el episodio psicótico como una realidad en la que habita el delirio y tomando como delirio esa ideación de la persona que en un momento no es compartida… me declaro entonces psicótico sin remedio, ya que nada más lejos de mi realidad (mi forma de pensar, mi escala de valores, de mi moral), nada más lejos del enfoque que se le dio a la noticia a través de aquella imagen.

Como he dicho no hago mucho uso de la televisión, quizá por eso me impactó tanto, no estoy tan acostumbrado…, quizá también por que no puedo evitar ciertas resonancias internas dentro de ese acto que desde luego yo lo podría catalogar como episodio psicótico compartido por aquel que dio la orden de aquella grabación y de los que luego se ofrecieron a realizarla.
Como ya digo no culpo, más bien entiendo, comprendo, pero no acepto, no acepto porque esa distancia marcada por la noticia esa exhibición de la atrocidad me recordó a los antiguos paseos por las casas de fieras donde a continuación, en la siguiente celda se encontraba la mujer barbuda.

Y creánme señores y señoras periodistas que se dedican a difundir este tipo de noticias, esa distancia marcada es una distancia irreal, no es nueva esa tendencia a la reafirmación a través de la diferencia, no es nueva esa tendencia al “etiqueteo”, es más bien cómoda, es más bien fácil, pero igual de fácil y cómoda que irreal, créanme, de corazón se lo digo, esa distancia no es real como dice una compañera mía de trabajo, psicóloga por cierto, es solo una cuestión de grado yo me atrevería a decir que de intesidad.

Además puestos a catalogar sería innumerable la lista en la que podríamos encasillar como ciertamente “desequilibrados” algunos de los comportamientos llevados a cabo por este tipo de prensa que bajo mi opinión son el eslabón perdido entre la desinformación y el mal gusto.
Manía persecutoria…, comportamiento obsesivo compulsivo…, histeria…, trastornos de la personalidad…, ¿queréis más etiquetas? os aseguro que me sale un caso para cada una que he citado y no están todas las que se me ocurren ( y eso que apenas veo la tele).

En fin, bajo la guardia…, no es cuestión de seguir echando más leña al fuego, pero sinceramente si me gustaría sentar un pequeño precedente en cuanto a desvincular ese tan manido tejido entre problema mental y oscuridad.

No es difícil pensar que si uno se encuentra habitualmente con el aspecto más negativo de algo o de alguna situación termine identificando de manera espontánea ese “algo”, con el aspecto, pero un aspecto es solo una porción y como en la mayoría de los casos es INJUSTO y es un desacierto TOMAR LA PARTE POR EL TODO.

No a que interés responde la actitud clara y manifiesta de los medios de comunicación de perpetuar esta asociación en aras del estigma que como frontera invisible termina levantando un muro en ocasiones impenetrable e imposible de salvar, no sé, ya digo, a que interés responde el alejar, el apartar, el alimentar los fantasmas del miedo, como decía al principio sigo sin culpar a nadie pero desde luego si que cuestiono cual es el papel que juegan los medios en esto. Cuestiono pero a la par tomo partido, también me señalo a mi mismo con el mismo dedo porque hemos sido muchos los que desde dentro hemos llegado a ver ese muro (invisible e irreal) que otros han levantado y lo peor de todo es que a veces nos lo hemos creído, tomo partido, pero no juzgo tampoco, habría que ver al que acusa formando parte del banquillo. Y es que las personas con problemas mentales (quién no los ha padecido de algún modo de alguna manera en mayor o menor grado) es ahora cuando estamos empezando a “salir del armario”,o de la habitación blanca con las paredes acolchadas, ni siquiera nos reconocemos como un colectivo, somos lobos esteparios de una manada que de repente esta empezando a encontrarse.

Tenemos tarea, lo sabemos, y eso es lo que nos alienta, termino ya tirando la lanza en vez de romperla a favor de la locura como un SER y no UN ESTADO y relacionado con un dechado de valores bellos como la vida es bella con toda su dureza refulgiendo en la valentía de SER uno mism@ deshaciendo ese invisible muro.


Isaac.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido lobo estepario: Sumo mi aullido al tuyo para expresar el dolor por compartir la condición humana con quienes filman, comentan, producen y promocionan productos tan poco sanos para la digestión psíquica de esa realidad que tantos preferimos no compartir. Si esa es la realidad compartida, estoy contigo: ¡viva el delirio! Antonio

Anónimo dijo...

Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!
Ahí va la aportación de otra "lobo estepario" que no da crédito cuando comprueba la falta de ética, de respeto por las personas y la verdad , de rigor y de la más elemental documentación, por parte de algunos de sus colegas de profesión. Te garantizo, Isaac, que no es ése el periodismo que nos enseñaron en la Facultad de Ciencias de la Información.

Dicho esto, Quijanos, ¿por qué no intentamos sacar algo constructivo de todo esto? Se me ocurren algunas ideas, pero todavía no las tengo muy claras ni suficientemente maduras... Seguro que el próximo domingo en Samarkanda, entre todos, somos capaces de darle forma.

Un beso fuerte.
(creí que había enviado este "post" el pasado sábado, pero se lo "tragó" el ciberespacio, así que lo repito más o menos parecido. Besos.)

Alicia